El balanceo de brazos es un ejercicio muy popular en oriente. Se practica tanto en artes marciales como en Qigong para la salud.
Los médicos orientales consideran beneficioso este ejercicio para ayudar a pacientes con males crónicos, incremento de fuerza física, problemas respiratorios, insomnio, patologías digestivas, hombros congelados, hipertensión y problemas circulatorios.
El Dr. Yang Jwing-Ming en su libro Qigong para la artritis: el método chino de curación y prevención, hace referencia a este ejercicio, junto con otras variantes y lo recomienda especialmente para problemas relacionados con los pulmones y el corazón y, naturalmente, para la artritis de hombros.
El balanceo de brazos (Qian Hou Shuai Bi) se basa en la teoría de que generamos más tensión en la parte alta del cuerpo (cuello, hombros, espalda), que en la parte inferior (extremidades inferiores), y por supuesto, los órganos internos están ubicados también en el tronco y sufren estas tensiones que prolongadas en el tiempo, acaban produciendo desequilibrios.
El propósito del ejercicio es liberar el cuerpo de estancamientos, rigidez y tensión, permitiendo que la energía circule libremente. Si, además, se añade un estado de concentración en la respiración, el abdomen o en la planta de los pies, se producirá progresivamente un estado de calma mental.
- En la postura de pie, separa los pies a una distancia aproximadamente al ancho de tus hombros.
- Relaja las rodillas, permitiendo un punto de flexión.
- Relaja la pelvis dejando que el sacro apunte hacia el suelo.
- Relaja el cuello, los hombros y los brazos.
- Separa un poco los brazos del tronco, ahuecando las axilas.
- Relaja el tórax.
- Visualiza un hilo que tira de tu fontanela hacia arriba. Trata de percibir como se elonga suavemente tu espalda y como la cabeza parece estar suspendida desde arriba.
- Toma consciencia de tu eje vertical. Asegúrate de la alineación de tu cabeza con la columna y el periné.
- Enraíza en la tierra. Pon la atención en la planta de tus pies y siente como de la cintura hacia abajo, tu cuerpo se hunde en la tierra y de la cintura hacia arriba, se estira sutil hacia el cielo.
- Una postura correcta, alineada y enraizada, junto con una respiración regular y profunda (que no forzada), permitirá que tu centro de gravedad descienda hacia el abdomen, liberando la parte alta del cuerpo de tensión.
- Balancea, ahora, los brazos de manera natural. Hacia delante y hacia atrás.
- Procura no elevar demasiado los hombros, ni bloquear los codos.
- No tenses los brazos.
- Las palmas de las manos siguen el movimiento de los brazos.
- Acompaña el movimiento con las rodillas (apenas una extensión-flexión acompañando el ir y venir de los brazos).
- Los pies, firmes en el suelo.
- La mirada hacia el horizonte.
¿Cuántas veces?, ¿cuánto tiempo?
Yo no me preocuparía demasiado.
El ejercicio es fácil y agradable de realizar. Déjate llevar, tómate tu tiempo y deja que el balanceo te envuelva…, tu cuerpo te dirá cuando tiene suficiente; pero si de verdad quieres algo más concreto, una cifra, se habla de empezar por doscientas repeticiones y conseguir de dos a tres mil…
Celia Sánchez
Profesora de Qi Gong