Zhan Zhuang es el término que define la práctica estática y es la base de las artes marciales internas como el Taijiquan. Zhan significa “permanecer de pie” y Zhuang significa “poste” o “estaca”. Por esta razón cuando se practican las posturas inmóviles se les llaman “posturas de permanecer de pie como un árbol” o “práctica del poste”.

Existen una gran variedad de posturas, así como distintas formas de enfocar la práctica. Hay posturas dedicadas al cultivo de la salud que pueden realizarse de pie, sentado o tumbado, y otras para desarrollar la fuerza marcial mediante posturas de combate, pero la finalidad última del Zhan Zhuang es fortalecer la fuerza interior a través del aquietamiento mental y la respiración.

Wang Xiang Zhai (1885-1963), revolucionó el mundo de las artes marciales del siglo xx creando un método de entrenamiento interno (Yi Quan) que sacudió primero el escenario marcial de la China de mediados de siglo y después el mundo terapéutico. Gran parte de este entrenamiento consiste en la práctica del Zhan Zhuang. Hacia el 1947 Wang Xiang Zhai, crea un grupo de investigación sobre los aspectos terapéuticos del Zhan Zhuang y hacia los años 50 se empezó a practicar en las Clínicas de China, tratándose enfermedades de tipo crónico como hipertensión, artritis, insomnio, etc. (Karim Nimri)

Las posturas básicas del Zhan Zhuang mantienen el sistema energético repleto y activo para evitar disfunciones y potenciar la salud.

La práctica de Abrazar el árbol trabaja y desarrolla aspectos como:

• La atención y la intención mental, por lo que potencia la conciencia corporal, la calma mental y una actitud centrada.
• La respiración, que propicia un estado de relajación física, mental y emocional que, entre otros efectos, procura la regulación fisiológica de los órganos.
• La permanencia en la postura alinea el eje vertical, fortalece músculos, tendones y fascias, mejorando la estructura corporal.

La práctica regular de Abrazar el árbol, mejora la constitución física y procura una mente centrada, dotando al practicante de una mayor capacidad de tolerancia frente a las tensiones cotidianas.

Celia Sánchez,
Profesora de Qigong